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LA IMPORTANCIA DE UN ÓRGANO DE PRENSA POPULAR Y EL SOCIALISMO CIENTÍFICO.

ESCRITO POR MATEO PEÑA - Imposible es, comenzar este articulo sin antes explicar las particularidades de nuestro país y de su clase obrera. ...

ESCRITO POR MATEO PEÑA -

Imposible es, comenzar este articulo sin antes explicar las particularidades de nuestro país y de su clase obrera. Citando a Arismendi, “Los sindicatos son centros de acción reivindicativa, de combate por un programa de justicia social y de educación de los trabajadores. A través de la experiencia de los trabajadores se forman en la escuela de la lucha de clases, maduran su conciencia en la unidad, en la más amplia organización en el terreno sindical, imprescindible para las transformaciones democráticas, pero también para una nueva sociedad sin explotados ni explotadores”. (Congresos y Documentos, pág. 303)

Explica también Arismendi, en uno de sus discursos, que: es bien entendido el enorme mérito del movimiento sindical uruguayo, por su unidad y tradición de lucha clasista que, sobre todo después de la dictadura y, después de haber transitado todo tipo de adversidad y división, la Convención Nacional de Trabajadores, resurgió como PIT-CNT, siendo esta, la central única. Este movimiento sindical se diferencia de cualquier otro en el mundo por su conciencia reivindicativa, por su extensión y amplitud, por su capacidad movilizadora, por su experiencia acumulada en años de lucha y forjada en años de acción. Además, esa unidad forjada en la historia, nada ni nadie ha podido romper. A diferencia de otros países europeos donde existen diversas centrales en función de la afiliación política de sus principales dirigentes. Es por esto que el movimiento sindical uruguayo se caracteriza, por haber forjado la lección a la clase obrera, de la necesidad de una central única de trabajadores, dejando en última instancia los intereses partidarios, primando el sentido de clase y su lucha.

Nos gustaría profundizar en la historia de nuestro querido PIT-CNT, pero por limitaciones de extensión del artículo sacaremos algunas conclusiones de lo anteriormente escrito, de igual manera prometemos dejar pendiente este tema para siguientes ediciones. La historia de nuestro movimiento sindical nos dice que, por tradición y acción, el movimiento obrero uruguayo, y el proletariado en su conjunto, tiene ya ganado un sentido de lucha (quizá menguado por el retroceso político del socialismo, pero aún vigente), nacido y fortalecido en la fragua de la lucha y la reivindicación, y ajeno está a todo economismo o reformismo (entendemos que el oportunismo, actual, de los dirigentes no surge como expresión del movimiento obrero, sino de la falta de herramienta política de este). Es por esto que la unidad de la clase obrera y su participación es la gran columna vertebral por la democracia y la liberación nacional, fundamentales para la suerte del país. Pero en este protagonismo no se encuentra sola, aislada del resto de sectores populares, sino que busca y practica la alianza con las capas medias de la ciudad y el campo y la intelectualidad. Podrán decir “¡Aliarse con las capas medias es una traición a los intereses del proletariado!”. Pretenderemos demostrar por qué esta frase es muy fácil desmitificar y, sobre todo, generar una síntesis superior.  Es bien sabido (o quizá no tanto), que la clase obrera aislada solo conduce al tradeunionismo, es decir, obreros agrupados en sindicatos realizando pequeños reclamos económicos e inmediatos. Esta verdad no les pertenece a las manos que escriben, sino a la historia del proletariado, que fue estudiada por decenas de teóricos políticos, y sintetizada por Vladimir Ilyich Lenin en 1902, el cual citaremos y nos disculpamos de antemano por su extensión, pero creemos que será de interés.

“(…) los motines eran simplemente levantamientos de gente oprimida, las huelgas sistemáticas representaban ya embriones de lucha de clases, pero nada más que embriones. En sí, esas huelgas eran luchas tradeunionistas, no era aún lucha socialdemócrata; señalaban el despertar del antagonismo entre los obreros y los patronos, pero los obreros no tenían, ni pueden tener, la conciencia de la oposición inconciliable entre sus intereses y todo el régimen político y social contemporáneo, es decir, no tenían conciencia socialdemócrata”. Entiéndase a socialdemocracia como concepto revolucionario a principio de siglo XX

“(..) Hemos dicho que los obreros no podían tener conciencia socialdemócrata. Esta sólo podía ser introducida desde fuera. La historia de todos los países atestigua que la clase obrera, exclusivamente con sus propias fuerzas, solo está en condiciones de elaborar una conciencia tradeunionista, es decir, la convicción de que es necesario agruparse en sindicatos, luchar contra los patronos, reclamar del gobierno la promulgación de tales o cuales leyes necesarias para los obreros, etc. En cambio, la doctrina del socialismo ha surgido de teorías filosóficas, históricas y económicas, elaboradas por representantes instruidos de las clases poseedoras, por los intelectuales. Los propios fundadores del socialismo científico moderno, Marx y Engels, pertenecían por su posición social a los intelectuales burgueses”. (V. I. Lenin, ¿Qué hacer?, pág. 30 y 31)

Entendemos que estas citas pueden generar confusión, incluso polémica, por eso invitamos a analizarlas con detenimiento; para un mejor estudio desprenderemos dos conclusiones que esclarecen cualquier tipo de duda:

1)      Vladimir Lenin con estas palabras no pretende quitarle mérito al papel de la clase obrera, sino que establece la necesidad de un nuevo componente para la emancipación del proletariado: la intelectualidad.

2)      Vladimir Lenin no establece una dicotomía entre la lucha tradeunionista y la socialdemocracia. Sino que la considera una evolución consciente del proletariado, de la primera a la segunda, respectivamente; pero niega rotundamente que exista un ápice de accionar revolucionario sin intervención de teoría revolucionaria(externa).

Con este trabajo, Lenin demuestra la importancia del estudio histórico y dialéctico, que, de no haberlo realizado, no tendríamos en estos momentos manera de entender el progreso y la elevación de la conciencia del obrero: “(…) el movimiento obrero alemán nunca debe olvidar que se ha desarrollado sobre los hombros del movimiento inglés y francés, que ha tenido la posibilidad de sacar simplemente  partido de su experiencia costosa, de evitar en el presente los errores que entonces no era posible evitar en la mayoría de los casos”.(Engels, observaciones realizadas en 1874)

Y he aquí en esta última frase, el papel que tiene, la teoría y la intelectualidad en general y el órgano de prensa popular en particular: esclarecer el camino al proletariado, alertando de errores cometidos en el pasado, mediante el análisis histórico y dialéctico de las luchas obreras. Que este artículo ponga en manifiesto el compromiso que tenemos en plasmar, sin pudor, nuestra concepción marxista-leninista del mundo, contraponiéndonos a periódicos como “El país”, etc. que, desde sus orígenes, son por y para la oligarquía, desprestigiando el papel del Frente Amplio y la clase obrera en el país: ocultando información, con mentiras en las cifras, con tergiversación de los hechos, con una visión que responde a los intereses imperialistas. Contra estos agentes reaccionarios, reivindicando el papel de los órganos de prensa del pueblo como “Iskra” o “El Popular”, debemos y nos levantamos en una campaña frontal y directa, de embate teórico e ideológico; acompañando la lucha sindical, estudiantil, feminista y campesina.

¡Por el socialismo y la liberación nacional, viva la unión de la clase obrera y la intelectualidad!


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